El historiador Giraldus Cambrensis cuenta que los Irlandeses sellaban sus contratos tribales con un rito de alianza por la sangre, bebiendo cada parte unas gotas de la sangre de la otra. Los hechos atestiguan la realidad de esta costumbre.
San Cairnech, después de conseguir la unión de los Hy Nelly y los Cian Nachta, hizo mezclar en un vaso la sangre de ambas tribus para escribir el tratado que por este medio era inviolable. Hay relatos de hechos análogos en los insulares escoceses pero no hay referencias galas.
La Alianza por Sangre, por pequeña que fuera la cantidad utilizada, tiene por objeto hacer correr la misma sangre por las venas de las partes interesadas y en consecuencia, crear y/o confirmar entre ellas un parentesco. Este rito de sangre, en Irlanda, sirve para confirmar un contrato o acuerdo que así resulta más solemne y que le da un sentido místico. Sin embargo, es una reliquia de un estado más antiguo, cuando no existía contrato expreso de ninguna clase y en el que las relaciones jurídicas de los hombres se fusionaban con las relaciones de parentesco.
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