viernes, 14 de octubre de 2011

Creencias Celtas - El Pensamiento Trino

Los antiguos celtas y los druidas vivieron en una cultura y con una opinión del mundo muy diferente de lo qué estamos acostumbrados. Cuando empezamos a investigar el Druidismo llegamos a la conclusión de que tendremos que superar muchos de los hábitos sociables y culturales arraigados en nuestro interior. Este "Adoctrinamiento" comienza en con el parto y continúa hasta nuestra muerte. Este tipo de entrenamiento no ha de ser necesariamente erróneo, pero si vamos a recorrer el sendero del druida tenemos que entender su manera de pensar, y tenemos que transformarnos y capacitarnos para pensar como ellos lo hicieron. Debemos aceptar que no tenemos medios fiables y poca información fidedigna en relación a los druidas y a sus filosofías, por lo que será sumamente difícil si no imposible en nuestra época "Pensar como un druida."

Debemos empezar con la seguridad  de que tenemos que cambiar la manera de ver el mundo, el universo y la identidad; ese es el primer paso y el mas importante. Los celtas y los druidas veían que todo lo que existía en su mundo, lo hacia en triadas o grupos de tres. Esto es totalmente distinto de nuestro punto de vista "dualísta".

No nos darnos cuenta de que pensamos dualmente, tan arraigada esta la idea en nuestra mente. El deseo de todos los seres humanos es tratar de explicar nuestro mundo y el universo que nos rodea, y hay tantos puntos de vista como culturas, cada uno diferente. Como nuestra cultura esta influida por las creencias básicas del Cristianismo,  nuestra forma de pensar y de ver las cosas es muy lineal.

Nuestra cultura nos ha enseñado ha clasificar el mundo en grupos de contrarios como; el bien / el mal; la noche / el día; masculino / femenino;  negro / blanco…. Esta clase de pensamiento es llamado dualismo. Esto tiene mucho que ver con el pensamiento de   Aristóteles, así como del Cristianismo y otras influencias culturales. Incluso muchos de los pioneros del movimiento oculto, como Crowley, usaron esta forma de clasificar las cosas como bueno / malo o masculino / femenino. Incluso fueron mas lejos (algunos paganos modernos también lo han hecho) al asignar a masculino y femenino los atributos correspondientes del mal y el bien, respectivamente.

Para los antiguos celtas, todo lo existente estaba compuesto de tres partes: mente,  cuerpo y espíritu, o físico, mental y espiritual. Incluso cosas que consideraríamos inanimadas tenían vida y, por lo tanto, un espíritu según los celtas. Hay pruebas de la idea Trina en el registro literario celta, que pueden verse en la tradición y los poemas, en las formas de la deidad y en las "Tríadas."


La idea celta del mundo era trina. Algunos ejemplos de este tipo de forma de ver el mundo serían: tierra,  mar, cielo; la mente, el cuerpo, el alma y lo físico, lo mental y lo espiritual. Todos estos aspectos son tres cosas distintas, que conectadas forman un todo. La existencia de sólo una de las partes de una triada fue considerada imposible. Todos eran necesarios a la existencia. Todo en la naturaleza está conectado y todo en la naturaleza depende de estas tríadas de la existencia. También se las conocía como "Tríadas del Ser".

En el libro "LOS DRUIDAS" de Peter Beresford Ellis, se trata la idea celta de lo Trino:
"Tanto el mundo griego, como entre los celtas, se vio al ser humano como cuerpo,  alma y espíritu; el mundo que habitaron como tierra, mar y aire; las divisiones de la naturaleza como animal, vegetal y mineral; los colores cardinales como rojo, amarillo y azul, etcétera. Tres era el número de todas cosas...."

En pocas palabras, el mundo no está compuesto de fuerzas opuestas, sino que es un lugar de fuerzas interconectadas. La separación de fuerzas o de cosas en grupos de opuestos era para ellos extraña e ilógica.

Incluso cuando enseñamos este concepto, es casi imposible no usar la palabra opuesto, porque nuestra mente tiene fuertemente arraigada esta forma de pensar. Cuando pensamos en los opuestos ¿podemos encontrar una tercera palabra, que sea distinta pero que las una para formar un todo?  Por ejemplo:  ¿Qué sería del ser humano si tuviera espíritu y mente, pero no un cuerpo? Tengamos en cuenta que como seres, estamos formados por los “elementos” físico, mental y espiritual. Ninguno es más importante que los otros, todos son necesarios y todos esta interconectados.  Es en este punto donde aprendemos a liberarnos del pensamiento lineal de nuestra cultura actual.

Nunca podremos decir cual de estos elementos (físico, mental, espiritual) es más importante, puesto que para la existencia los tres son importantes. Cuando avancemos mas en nuestra senda, empezaremos a entender el largo camino que tenemos por delante si queremos interiorizar este sistema, y lo extendido que estaba el uso del pensamiento Trino entre los Celtas.

El pensamiento lineal, que es parte de nuestro modo de pensar, sería un concepto extraño y ridículo a ojos de los antiguos celtas. Existen varias razones para esto: los celtas eran conscientes de los ciclos naturales, del constante flujo y reflujo que se unían en los períodos de la estabilidad. Estaban mucho más en armonía con estos patrones y ciclos porque su existencia dependía de ellos. El ciclo agrícola es un ejemplo perfecto, porque la tierra y las estaciones permitían su sustento.

El ciclo Triádico de la vida, la muerte y el renacimiento está reflejado en el ciclo agrícola, que en la actualidad todavía es seguido por los creyentes en las antiguas sendas. Este ciclo es generalmente llamado "La rueda del año" y muestra que se puede escapar del pensamiento lineal. Las cosas no comienzan y luego terminan; sólo vuelven a empezar. Sabemos que no hay mitos de creación tradicionales entre los celtas o que, si había alguno, éste se ha perdido; esto podría deberse a que los celtas creian que el mundo siempre había existido y que siempre sería así. No se preocupaban por los orígenes y los finales de las cosas, tal como hacemos nosotros. Simplemente aceptaron la vida como algo eterno. No había final, porque todo era un ciclo.

martes, 11 de octubre de 2011

SOLIDARIDAD DE LAS SOCIEDADES CELTICAS

Las diversas zonas del mundo céltico estaban ligadas, se comunicaban y debían parecerse entre sí. Este es un hecho que da que pensar., envió embajadores a Roma. Por ejemplo, en los tiempos de las primeras campañas romanas en Asia Menor, que siguieron a la segunda guerra Púnica, la ciudad de Lampsaco, en el año 197-6. Desembarcaron en Marsella, que era aliada de los Romanos; esperaban sin duda recomendaciones e informaciones. El Senado de Marsella les dio, entre otras cosas, una carta pública de recomendación para los gálatas tolistoages, acantonados al oeste de los tectosages, en el valle de Sangaria y separados de Lampsaco por el reino de Pérgamo con el cual mantenían buenas relaciones.. Los massaliotas, en relación con los  galos de la Galia , hacían valer este hecho ante los tolistoages cuya amistad debían solicitar los de Lampsaco ya sea con intención de reclutar mercenarios como para evitar que los facilitaran a Antioco III. Estos hechos están relatados por una inscripción en honor de los embajadores. Muestran que los griegos de Marsella y de Lampsaco sabían encontrar entre los pueblos célticos de regiones muy distantes una solidaridad que los Romanos habían experimentado años antes cuando enviaron embajadores a solicitar la neutralidad de los volcos en el momento del paso de Aníbal.

Esta solidaridad de los pueblos célticos distantes se explicaba suficientemente  por el sentimiento de parentesco, de origen común, ejerciéndose en un mundo que no tenía una extensión ilimitada y cuyas partes se comunicaban. Sin embargo, los celtas poseían al menos una institución que podía asegurar su unión efectiva:  los druidas, clase de sacerdotes expresamente encargada de la conservación de las tradiciones. Los Druidas no eran una institución de los pequeños pueblos célticos, de las tribus, de las civitates; eran, dentro del mundo céltico, una institución en cierto modo internacional cuyas circunscripciones coincidían con los grandes agrupamientos  étnicos o territoriales que constituían Irlanda, la Britania y la Galia. César indicó que los druidas de la Galia estaban en relación con los de Britania, y la tradición irlandesa atestigua las relaciones de los druidas de Irlanda con los de Britania. Es seguro que el sacerdocio druídico, provisto de una doctrina jurídica, de una doctrina moral, de una doctrina de inmortalidad del alma y de una autoridad que todos reconocían, se extendía por  la mayor parte del mundo céltico; lo extraño sería que no hubiera sido asi.

En realidad, los lazos del pueblo céltico estuvieron asegurados por la difusión del druidismo: podemos estar seguros de que esos pueblos debieron a estos instructores profesionales ideas morales, concepciones sobre la vida futura, tradiciones mitológicas, prácticas rituales, soluciones jurídicas comunes… es decir, todo aquello forma la estructura y funcionamiento de la sociedad.

UNIDAD DE LAS RELIGIONES CELTICAS

En la religión de los celtas hay algo que llama la atención: la eminente dignidad de los ritos agrarios, situados junto con sus mitos en la vanguardia de la vida religiosa. La fecundidad, la fertilidad, la vida… fueron siempre la preocupación dominante de estas cofradías orgiásticas y siempre tendieron la mano, por encima de las religiones políticas, al pastor y al labrador. En segundo lugar, la elaboración de un sistema metafísico y moral dentro de la religión: la preocupación por el alma, por su origen y destino, el mundo de las almas y de los muertos, el mito del mas allá, se situan en el primer plano de las representaciones, del mismo modo que los ritos agrarios se colocan en primer plano del ritual.

La existencia de un sacerdocio panceltico que se sitúa en los orígenes de la raza, debía asegurar cierta unidad a las religiones de los diversos pueblos celtas. Esto es debido a que las diversas religiones celticas no nos han llegado del mismo modo a causa del desarrollo de los diversos pueblos célticos. Asi, la Galia en tiempos de César estaba más avanzada que Irlanda. Por otro lado, para la Galia, donde los testimonios proceden de de los geógrafos Griegos, conocemos bastante bien el ritual solemne, pero de ninguna manera la mitología. Para Irlanda, cuyas fuentes son poemas épicos y líricos recogidos posteriormente a la muerte de la religión celtica o bien durante su agonía, poseemos por el contrario un conjunto de cuentos y leyendas, sin saber nada preciso acerca del ritual. En cuanto a la literatura Galesa, constituye un milagro el que contenga elementos de religión bretona ya que se formó en un país cristiano, romanizado y mas tarde colonizado por los Irlandeses.

A pesar de estas dificultades, hay señales de una identidad profunda; los celtas británicos de la Galia, de Gran Bretaña y del Valle del Danubio, por ser de una misma familia y estar unidos por diversos lazos, tuvieron dioses comunes o con el mismo nombre. Pero los goidelos y los celtas británicos insulares o continentales los poseen igualmente; si su número es más restringido se trata de dioses importantes. Lugh, el gran dios solar, es epónimo en Lugdunum, representado en España por los Lugones. Es Taranis, el dios del rayo, representado en Irlanda por un héroe poco conocido, Torná. Esus, dios Galo, figura en el nombre teóforo irlandés Eogan (=Esugenos). Goibniu, el dios-herrero de los goidelos, tiene un equivalente britónico cuyo nombre se halla representado por el nombre teóforo de Gobannilio, el tío de Vercingetorix.

Al nombre del dios galo y bretón Camulus corresponde el del héroe Irlandes Cumal, padre de Finn. A la diosa goidélica Brigitta correspondía una Brigantia britónica. Es preferible abstenerse de buscar homónimos de los dioses irlandeses entre los personajes de los Mabigonion galeses, en razón de los elementos que los galeses han podido tomar de las tradiciones irlandesas.  Mannawyddan no es otro que el dios del mar Mannanan. Cabe, sin embargo, imaginarse un viejo fondo de cultos y de mitos comunes conservados desigualmente.

lunes, 10 de octubre de 2011

LAS INCURSIONES IRLANDESAS EN GALES Y BRITANIA

Los Irlandeses habian luchado durante 4 siglos y esa lucha fue una autentica escuela de la guerra. Algunos grupos se habían visto desplazados;  los desi, que habitaban en las cercanías de Tara, se vieron abocados a la vida errante por los conquistadores de Connaught. Irlanda poseía en esos momentos un exceso de hombres y tenia capacidad para expandirse hacia el exterior.

A partir del siglo III los romanos establecidos en Britania tuvieron que protegerse de las incursiones de los Irlandeses. Los escritores del Bajo Imperio les denominaban hiberni, attecotti o scotti. El nombre de scotti paso a ser uno de los nombres propios de los gael de Irlanda. El de attecotti se utilizó únicamente en los documentos de esa época para denominarlos.

El nombre Scottus procede del galo y parece significar escaramuzas o batidas.

Los Irlandeses no se detuvieron en Gran Bretaña. Parece ser que marcharon sobre el continente y San Jerónimo habla de las incursiones de los attecotti, unos peligrosos bárbaros a los que se atribuyen crueldades y costumbres abominables. Según este Santo, los piratas Irlandeses cortaban los senos a las mujeres, se los comían y vivian en la promiscuidad. Descendían por la desembocadura del Loira y merodeaban por todo el país. Sin embargo, algunas veces llegaban en gran número; de hecho Estilicón tuvo que luchar con una auténtica invasión Irlandesa.  Hay registros de que fueron reclutados alguna vez para servir a Roma: la Notitia dignitatum señala attecotti juniores y seniores; Amiano Marcelino habla de una tropa de policía que llevaba el nombre de Ariani. Eran vigias, atalayas irlandeses (en gaélico irlandés, Aire significa vigia). Los escotos formaron colonias: la aldea Ecuisses, en Saona y Loira, es un antiguo Scotiae.

Los anales y documentos irlandeses nos muestran la otra cara de estas aventuras. No se trata ya de bandas de merodeadores, sino de expediciones de guerra dirigidas por reyes. La mas antigua de estas expediciones se atribuye al rey Crimthann Nia Nair. Las conquistas atribuidas a Crimthann el Grande, que debió reinar de 366 a 379, coinciden curiosamente con el mando y las victorias de Teodosio, padre de Teodocio el Grande. A las campañas de Estilicón, tanto en Britania como en Galia, corresponden las expediciones del famoso rey Niall de los Nueve Rehenes. Devastó en norte de Britania, despobló el país, hizo millares de prisioneros entre los cuales se encontró tal vez San Patricio, que como es sabido, fue esclavo en Irlanda. En 405, Niall fue asesinado por un rey de Leinster. Parece que su sucesor guerreó también en la Galia.

Los Irlandeses se establecerían en Britania y en todos los puestos avanzados de la costa oeste. Entre 250 y 300 de los desi ocupan el país de Dyved. Después, los Ui Lithain, una de las ramas mas importantes de los Eigannacht de Munster, se instalan en Cornualles.

En el Norte, los Dal Riada del Ulster ocupan Argyllshire y las islas cercanas. En el país de gales ocuparon Anglesey y casi todo el país de Gwyned. En esa zona hay multitud de inscripciones oghamicas mencionando a los reyes Cerrig y Gwyddell. Se instalaron y se mezclaron con los indígenas; hubo alianzas matrimoniales, asociaciones, y se mezclaron tradiciones irlandesas y bretonas, de lo que son un ejemplo los Mabigonión gaélicos o la leyenda de Tristan.

Posteriormente, los Bretones enviaron un ejercito a Irlanda alrededor del año 250, conducido por un pretendiente al puesto de Rey supremos de Irlanda, Lugaidh Mac Conn. San Patricio habla de un cierto Coroticus que hacia en Irlanda razzias de prisioneros; Coroticus no es otro que Cereddig ap Cunneda, hijo y sucesor de Cunneda quien, alrededor del año 400, reconquistó a los irlandeses el país de Gwyned. Un nieto de Cunneda, Mailcom, que murió en el  547, reconquistó Dyved. En todo caso, parece ser que a partir del siglo V los reyes de Irlanda ya habían renunciado a las grandes expediciones, y los bretones habían vuelto a ganar terreno en Gales y Cornualles.

domingo, 9 de octubre de 2011

EL POTLATCH

El Potlatch es un sistema de hechos y ritos que se conservó dentro de las instituciones célticas; sería lo que llamamos  el sistema de concesión de dones.

Se encuentran ejemplos de Potlatch principalmente en las leyendas de la Tabla Redonda, donde existen varios episodios que comienzan del siguiente modo: un Caballero o Dama llegan a la Corte de Arturo, se presentan al Rey y le piden un don sin especificar cual. El Rey promete el don y debe cumplir lo prometido; normalmente  se trata de un servicio aventurado o peligroso del Rey, o de un Caballero. Arturo es liberal y quiere conservar su reputación, por lo que acepta.

También se encuentran episodios parecidos en la literatura Irlandesa y Galesa: por ejemplo, en el Tochmarc Etaine (el Cortejo de etain), uno de los más bellos relatos Irlandeses. Etainn es la esposa de Mider, que se ha reencarnado y casado con el Rey Eochaid Airem. Un día, Mider llega a la Corte y propone una partida de fitched (parecido al ajedrez) a Eochaid. Este acepta y se cruzan las apuestas; Mider ofrece 50 caballos y el Rey ofrece todo lo que quiera su contrincante. El Rey pierde y Mider reclama a Etain. El Rey reclama una revancha, que se fija para el cabo de un año. Al cabo del mismo, Mider regresa puntualmente y, habiendo ganado de nuevo, se lleva a Etain al cabo de un mes.

En el Mabigonion aparece la historia de Pwyll, en un episodio parecido. Pwyll es el Dios del Inframundo, que va a casarse con Rhiannon. En medio del banquete aparece Gwalw, el Dios de la Luz. Pide un don y Pwyll acepta y Gwlaw reclama a Rhiannon. Aquí hay también una demora, pero esta vez al cabo de un año Pwyll aparece en las bodas de su rival y reclama un regalo. Se contenta con llenar un pequeño saco que lleva en la mano; es un saco mágico en el que todo cabe, incluido Gwalw, quien recibe una paliza.

El don supone una contrapartida; el don es obligatorio pero obliga también al solicitante. Todo el mundo que rodea al demandante y demandado se ve arrastrado a una ronda extraordinaria de regalos y servicios, en la cual cada uno lucha en generosidad y malicia, a menudo con las armas. Los torneos forman parte de este vasto sistema de competencia que se encuentra también en los cuentos Irlandeses agrupados en torno a Finn y el Ciclo de Leinster o el Ciclo Osiánico.

Pero el don, si depende de la voluntad del solicitado, no debe ser un don cualquiera. Debe ser proporcional a la condición social e incluso excederla; aquel que se enfrenta al reto de ser generoso o de poder serlo, responde al reto. Hay un tercer punto, que es la sanción de las obligaciones adquiridas: quien no mantiene sus compromisos queda mal ante los demás y pierde su rango; pierde su honor. Es lo que le dice Rhiannon a Pwyll cuando este vacila en mantener su promesa. La parte ofendida por el incumplimiento tiene derechos sobre su contrincante, sobre su libertad y su vida.

Estos temas usados y reflejados en romances y mitos correspondieron a prácticas reales, y algo de ello permaneció en todos los países célticos. En Irlanda, el homenaje se realiza por un intercambio de dones entre el superior y el inferior. El Jefe superior realiza un regalo llamado el tuarastal; la aceptación es signo de homenaje. El jefe inferior hace un donativo de ganado.

Pero por otro lado hay una puja en el intercambio de estos reglaos que se crea entre galos, britones e irlandeses. Toda Irlanda se vio sumergida en una espiral sin fin de préstamos obligatorios y de préstamos de ganado a interés de usuario que afectaban al estatus social de las personas, haciéndolas cambiar de rango. Esto es comprensible si entendemos la base social de la que surgen. Las sociedades a base de Clanes se dividen en grupos opuestos, pero unidos por el intercambio de mujeres de uno a otro clan; esta división es tan importante como la ley de exogamia. Con frecuencia los Clanes se hayan repartidos en dos grupos, sin duda los dos antiguos Clanes primarios que se designan con el nombre de fatrías. Las fatrías unidas entre sí por este intercambio de mujeres, están unidad además por otras prestaciones de servicios, tanto en la vida laica y cotidiana como en la vida mística, social y religiosa.

Los intercambios ceremoniales de regalos tienen tal importancia que llegan a constituir ocasiones de fiestas, creando pujas, desafíos, ostentación y competencia entre individuos y grupos…. Imaginemos estas sociedades reunidas en invierno, empleando buena parte de la mala estación en el intercambio de festines ostentosos, preparados con anticipación y en un continuo juego de ganancias y pérdidas que se saldan con valores sociales, consideración, rango…

De esta institución del Potlatch podemos encontrar vestigios en dos relatos célticos.

El Festín de Briccriu cuenta como éste personaje invita a su festín (Fled) al Rey Conchobar y los suyos. La fiesta transcurre en medio de competencias mezcladas con desafíos para tener la “parte del Héroe” entre los guerreros y las mujeres de los guerreros. Al fín, la preferencia recae en Cuchulaín y el grupo de Emain Macha.

También en los Mabigonion la historia de Kulhwch y de Olwen, hija del monstruo Yspadadden.  Kulhwch se entera de que la mujer que tiene predestinada es Olwen. Se presenta en la Corte del Rey Arturo y le pide un don que le es concedido. Este don es unirse a los compañeros de Arturo; es entonces que Kulhwch se presenta ante Yspadadden, quien dicta sus condiciones para entregarle la mano de su hija: debe traerle unos objetos para la fiesta nupcial. Kulhwch los consigue y los entrega a Yspadadden; este se niega a entregar a su hija y Kulhwch le mata, casándose con Olwen.
 
Como podemos ver en las fuentes, incluso recopiladas tardíamente, de la literatura y derecho céltico, estas contienen de manera muy auténtica rasgos importantes del derecho e instituciones de un estado muy anterior al de las propias sociedades célticas. Posiblemente se rememoren características de una sociedad precéltica.

sábado, 8 de octubre de 2011

LA ALIANZA DE SANGRE

El historiador Giraldus Cambrensis cuenta que los Irlandeses sellaban sus contratos tribales con un  rito de alianza por la sangre, bebiendo cada parte unas gotas de la sangre de la otra. Los hechos atestiguan la realidad de esta costumbre.

San Cairnech, después de conseguir la unión de los Hy Nelly y los Cian Nachta, hizo mezclar en un vaso la sangre de ambas tribus para escribir el tratado que por este medio era inviolable. Hay relatos de hechos análogos en los insulares escoceses pero no hay referencias galas.

La Alianza por Sangre, por pequeña que fuera la cantidad utilizada, tiene por objeto hacer correr la misma sangre por las venas de las partes interesadas y en consecuencia, crear y/o confirmar entre ellas un parentesco. Este rito de sangre, en Irlanda, sirve para confirmar un contrato o acuerdo que así resulta más solemne y que le da un sentido místico. Sin embargo, es una reliquia de un estado más antiguo, cuando no existía contrato expreso de ninguna clase y en el que las relaciones jurídicas de los hombres se fusionaban con las relaciones de parentesco.

LA CAZA DE CRANEOS

Los Galos cortaban las cabezas de los enemigos muertos. Posidonio cuenta que los galos colgaban los cráneos del cuello de sus caballos, o los clavaban en estacas en sus casas como trofeos de caza; también los embalsamaban. Añade Posidonio que les enseñaban gustosos a sus huéspedes los trofeos, y que se jactaban de las grandes sumas que ofrecían las familias de los vencidos para rescatarlas. En el Oppidium celtíbero de Puig-Castellar, cerca de Barcelona, se encontraron cráneos humanos atravesados por clavos; se representan cabezas cortadas en las monedas y monumentos galos. Los Irlandeses tenían las mismas costumbres; una batalla es una cosecha de cabezas (ár-cénn). 

Los Anales de los Cuatro Maestros cuentan que el rey de Irlanda, Aed Finnliath, tras vencer a los Daneses en 864, hizo amontonar las cabezas cortadas. Cuando el famoso rey-obispo Cormac fue muerto, en 908, alguien le corto la cabeza y la ofreció al rey victorioso Flann Sina, quien la devolvió honorablemente al bando de Cormac. Esta cosecha de trofeos podría haber sido obligatoria y ritual cuando los jóvenes llegaban a la mayoría de edad y salían de la escuela de instrucción militar. Cada vez que un joven del Ulster partía por primera vez a la guerra, debía pasar la frontera del Connaught y tratar de matar a un hombre. Esto es lo que hizo el héroe Cúchulainn. Cuneado el joven llevaba sus trofeos a la tribu, había superado la prueba de hombría por lo que podía entrar en el mundo de los hombres adultos y tomar esposa, igual que hizo Cúchulainn después de superar la prueba, casándose con Emer.