viernes, 6 de diciembre de 2013

Druidas en la cultura celta…..¿Druidas en Hispania?

La historiografía actual suele aceptar la existencia de un sacerdocio en la Hispania céltica con algunas de las características del sacerdocio druídico, aunque con una menor organización que le deja a mucha distancia de lo que serian las escuelas druídicas y de la casta sacerdotal druídica. Ya Estrabón atestigua los sacrificios entre los Lusitanos: sus sacerdotes vaticinaban al destripar a los prisioneros, observando la forma en que caían sus entrañas al suelo.

El origen de la casta druídica tiene sus raíces en la época en que los primitivos cazadores-recolectores vieron al roble como símbolo de plenitud (en el período anterior al año 4000 a.c. los bosques de robles cubrían Europa). Estas gentes recogían bellotas para alimentarse, que eran fáciles de almacenar para su consumo en épocas duras. Hasta el siglo XII se consideraba la bellota básica para la alimentación, equiparable al grano. También la madera del roble ayudaba al sustento de la tribu: madera para hogueras, viviendas…  Estas gentes observaron que el roble era el árbol más útil y generoso, surgiendo una veneración hacia él y apareciendo “los sabios del Roble”, ya que tener un conocimiento de los árboles proporcionaba técnicas de supervivencia y sabiduría.

En el primer milenio a.c., cuando comenzó la expansión celta, toda persona de cultura en la tribu era considerada poseedora del “conocimiento del roble”. En la propia religión, el roble siguió siendo venerado como símbolo del crecimiento de las plantas, teniendo cada tribu su propio árbol sagrado, el crann  bethadh  (árbol de la vida), su tótem y talismán. Un ataque contra un Clan rival podía tener como fin destruir el árbol para desmoralizar al enemigo.

Se cree que los druidas pertenecieron a una civilización que fue absorbida por la cultura celta (Folclore Celta. 1901 – Rhys). Sin embargo ningún escritor clásico se refirió jamás a los druidas como sacerdotes, ni al druidismo fue descrito como religión. A.H. Allcroft señala que el druidismo era “una organización que hizo de una religión un medio de poder político”. También dice que “la relación de los celtas con los druidas es bastante diferente de aquella de los conquistadores que recurren a los hombres medicina del pueblo conquistado porque tenían una magia más poderosa o mayor influencia con los Dioses autóctonos”


No existe evidencia histórica que demuestre que los druidas fueron un sacerdocio precelta. De hecho, los celtas tenían un sacerdocio llamado GUTUATRI que significa portavoces (de los Dioses) y la palabra gala esta emparentada con la irlandesa GUTH. De hecho, los Gutuatri aparecen como una subdivisión de la casta de los druidas. Las conclusiones a las que llegamos son que los druidas eran una casta intelectual indígena, que durante la época de los cazadores-recolectores evolucionaron desde los primitivos sabios y sabias de los antepasados de los Celtas (o chamanes), perdiendo su función original  pero reteniendo el nombre celta de “aquellos que tienen el conocimiento del roble”. Estaban en todas las tribus de la sociedad celta, pero hasta el siglo II a.c. los griegos no se percataron de que aquellos intelectuales y funcionarios tenían un nombre colectivo: Druidas.

No obstante, a pesar de que los druidas con los que se toparon los romanos en la Galia eran más una casta intelectual y filosófica, no debemos olvidar que dentro de esa casta existían tambien los que se ocupaban de tareas sacerdotales y adivinatorias, así como sacrificales, siendo la casta druídica en si misma la que contenía todos los conocimientos de la cultura celta, desde las historias y folclore, pasando por la cosmogonía, mitos y ritos tribales, hasta las leyes y conocimientos astronómicos.

En cuanto a Hispania, evidentemente no se llegó a dar esa estructura representativa de la casta druídica, aunque si existió una casta sacerdotal no estructurada, pero sí dedicada a guardar los templos y honrar a ciertas divinidades, como en el caso de Endovélico.


Últimamente se ha querido ver en Olíndico a un sacerdote. Este “profeta” acaudilló en el año 170 a.c. una revuelta celtíbera contra Roma armado con una lanza de plata que, según él, le había sido enviada desde el cielo (la lanza de plata era uno de los atributos del Dios Celta Lugh, que los romanos asimilaron a Mercurio). También se consideran sacerdotes un personaje pintado en una cerámica numantina y otros dos de un vaso de Arcóbriga, además del dedicante de una ara procedente de Queriz (Fornos de Algodre, en la Beira Alta portuguesa), llamado Ovatius, identificable con el término Ovates utilizado por Estrabón para referirse a los Vates, una de las jerarquías druídicas. También se conocen mujeres adivinas de la Hispania céltica, como la que profetizó el imperio de Galba y cuyo texto se conservaba en el templo de Jupiter en Clunia (Coruña del Conde, Burgos).

Pero al igual que había sucedido en el resto de las tierras célticas, la romanización primero y la cristianización después habrían acabado por extinguir el antiguo culto druídico, que desapareció sin dejar apenas rastro de su existencia secular.

Para saber más sobre los celtas de Hispania


Fuentes:
HISTORIA - National Geographic nº 34 - Antonio Aguilera - Profesor de Historia Antigua de la Universidad de Barcelona

Druidas – El Espíritu del Mundo Celta – Peter Berresford Ellis

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